Hay que acabar con la falsa percepción de que lo que hacemos en Internet no contamina.
Absolutamente todo lo que hacemos tiene sus consecuencias para el planeta y, lamentablemente, el entorno digital en el que nos movemos diariamente no es una excepción.
Cada WhatsApp que enviamos, cada publicación en redes sociales, cada búsqueda en Google, cada vídeo en YouTube, cada capítulo en Netflix, cada canción en Spotify… implica emisiones de CO2.
Si Internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo. Para hacernos una idea, cada correo electrónico que llega a nuestra bandeja de entrada genera 10 gramos de CO2 y cada click que hacemos en un link genera otros 12 gramos de CO2.
Parece poco, pero ¿cuántos correos recibimos diariamente? ¿cuántas búsquedas hacemos en Google a lo largo del día? Cada uno de estos datos se debe multiplicar por millones. En tan solo un minuto, Google puede llegar a emitir más de 30.000 kilos de CO2 a la atmósfera.
Suena mucho, pero para hacernos una idea real de lo que supone hay que decirlo en datos que podamos entender. A día de hoy, la huella ecológica del tráfico digital equivale aproximadamente al consumo del 7% de la electricidad mundial, llegando a producir más emisiones que el sector de la aviación. Increíble, pero cierto.

¿Cómo es posible que Internet contamine?
El funcionamiento de internet abarca tres áreas que demandan mucha energía con la que se genera esta contaminación digital:
- Los centros de datos o la nube. Por muy abstracto que parezca el concepto, no dejan de ser miles de lugares reales con supercomputadores y servidores encerrados en cuatro paredes que almacenan toda la información que fluye por internet, lo que conlleva un gran coste energético tanto su funcionamiento como su refrigeración.
- Las redes de comunicación o los cables que dan la vuelta al mundo varias veces para que todos podamos acceder a internet.
- Los millones de dispositivos conectados cuya producción y funcionamiento consumen muchísima energía.
¿Qué podemos hacer para reducir nuestra huella de carbono en Internet?
Debemos ser conscientes de que nuestros actos en ese entorno también genera consecuencias y esto hará que empecemos a utilizar internet con más sentido común. Estos 3 consejos son un buen inicio para empezar a reducir nuestra huella de carbono en el mundo digital:
Darte de baja de newsletters y alertas que te llegan al mail diariamente y no lees.
Hay muchísimos correos electrónicos que no leemos. Evitemos entonces que nos lleguen dándonos de baja, evitando así envíos inútiles. La aplicación de CleanFox te puede ayudar a mantener tu buzón digital limpio de manera gratuita al más puro estilo de Tinder. Además, si accedes con mi código de patrocinador: 457649EFEE plantarán un arbolito.
Utiliza Ecosia en lugar de Google.
En este buscador utilizan servidores que funcionan con energía renovable y con las búsquedas que haces se plantan árboles que compensan el CO2 generado. Según su fundador, dedican a ello el 80% de las ganancias y publican mensualmente las cifras de esto, para los más escépticos.
Utiliza hostings verdes.
Si tienes alojada en internet alguna web, piensa en hostings verdes para hospedarlas. Algunas empresas simplemente compensan el CO2 que generan con acciones o invierten en energía renovable. Podéis ver diferentes opciones aquí. Sea lo que sea, siempre será mejor que no hacer nada.